Activista estadounidense, abolicionista y figura destacada del movimiento de mujeres. Su "Declaración de Sentimientos", presentada en la primera convención de derechos de la mujer, sostenida en 1848 en Seneca Falls, Nueva York, es considerada como el inicio de los movimientos organizados de derechos de la mujer y sufragio femenino en los Estados Unidos.
Elizabeth Cady nació el 12 de noviembre de 1815 en Johnstown (Nueva York) en el seno de una familia prominente siendo su padre magistrado, además de representante en la legislatura del estado de Nueva York. Ante la desilusión abiertamente manifestada por sus padres ante el nacimiento de una niña, Elisabeth se esforzó por emular los logros académicos de sus hermanos y de su padre. Estudió griego, latín, matemáticas, lógica y filosofía.
Stanton leía libros de derecho bajo la tutela de su padre y, desde temprano, descubrió su vocación como reformadora de leyes vigentes para conseguir la igualdad entre hombres y mujeres. Se interesó muy pronto por los movimientos de abstinencia de bebidas alcohólicas y antiesclavistas y en 1840 contrajo matrimonio con Henry Brewster Stanton, abogado, orador y abolicionista.
Para acceder al matrimonio, Elizabeth exigió que se omitiera en la ceremonia el voto de obediencia que debía prestar la esposa a su marido. Apoyada por Henry Stanton, Elizabeth se implicó de lleno en las luchas feministas y abolicionistas a través de la National Female Antislavery Association, a pesar de que pronto su vida pública se vio restringida al convertirse en una madre prolífica: tuvo siete hijos. El mismo año de su matrimonio, viajó con su amiga Lucretia Coffin Mott a Londres como delegadas a la Convención Mundial en contra de la Esclavitud. Las delegadas americanas del movimiento abolicionista que acudieron a la Convención fueron obligadas a permanecer detrás de una cortina, dado el rechazo que muchos varones del movimiento mostraban ante la implicación de mujeres en su lucha.
Esta humillación marcó el inicio de la separación entre el movimiento antiesclavista -en el que hasta entonces habían participado en primera línea numerosas mujeres- y el movimiento feminista que comenzaba a tomar fuerza. Furiosas ambas al serles negado el derecho a hablar, resolvieron organizar a su vuelta a los Estados Unidos una sociedad que defendiera los derechos de la mujer y durante los años siguientes, Elizabeth Cady Stanton se pondría al frente de la organización del feminismo norteamericano.
En 1848 ambas organizaron la primera asamblea en defensa de los derechos de la mujer en Seneca Falls (Nueva York). Para este congreso, Stanton redactó una Declaración de Sentimientos, en la que propuso una resolución que exigía el derecho al voto para la mujer. Fue en este congreso donde conoció a Susan B. Anthony y Elizabeth Stanton trabaja para ayudar a convencer a la legislatura de Nueva York de que promulgase leyes que protegieran la propiedad privada de las mujeres casadas.
Desde 1868 hasta 1870, ambas publicaron el semanario Revolution, en Nueva York, y en 1869 fundaron la Asociación Nacional para el Sufragio Femenino (que a partir de 1890 se llamó Asociación Nacional para el Sufragio de las Mujeres Estadounidenses), de la cual Stanton fue presidenta hasta 1892. En 1888 colaboró en la fundación del Consejo Internacional de las Mujeres. La asociación de Stanton con Susan B. Anthony, líder también del movimiento a favor del derecho de voto de la mujer, se refleja en su colaboración durante 50 años, en la cual Stanton se revela como oradora y escritora, y Anthony como organizadora y estratega. "Yo creaba los rayos" dijo Stanton al hablar sobre su asociación, "y ella los lanzaba".
Antes de que Stanton redujera su enfoque político casi exclusivamente a los derechos de la mujer, fue una activa abolicionista, junto con su esposo, Henry Brewster Stanton y su primo, Gerrit Smith. A diferencia de muchas personas involucradas en el movimiento de derechos de la mujer, Stanton abordó una serie de cuestiones relativas a las mujeres más allá de los derechos de sufragio.
Sus preocupaciones incluyeron los derechos parentales y de custodia de las mujeres, derechos de propiedad, derechos de empleo e ingresos, leyes de divorcio, la salud económica de la familia y control de la natalidad.
En este asunto, se opuso rotundamente al aborto, que definió como infanticidio, igual que muchas otras pioneras en la defensa de los derechos de la mujer, y lo manifestó por escrito en el periódico que publicaba junto a Susan B. Anthony, “La Revolución”. También fue una abierta partidaria del Movimiento por la Templanza del siglo XIX.
Desde que participó en la primera convención de derechos de la mujer en Nueva York, nunca dejó de trabajar por esta causa hasta su muerte en 1902. A lo largo de su vida, muchas veces tuvo que decidir entre su trabajo a favor del reconocimiento de los derechos de las mujeres, y sus propias obligaciones familiares. Quizás porque defendía apasionadamente el papel de la mujer como madre, nunca dudó sobre sus prioridades. Durante la infancia de sus hijos, aproximadamente entre 1843 y 1870, se dedicó por completo a ellos. Rara vez dejó el hogar para acudir a conferencias sobre los temas que le entusiasmaban, pero sí ayudó a escribir los discursos que Susan B. Anthony pronunciaba en público. Sólo alguna vez pidió a Susan que se acercase desde Rochester para cuidar a sus hijos mientras ella escribía sus nuevas ideas sobre educación y salud.
En la época en que vivió, estaba mal visto que las mujeres mostrasen su embarazo en público, permaneciendo todo ese tiempo “confinadas” en el hogar. Después de unos meses, aparecían con un nuevo miembro en la familia, sin celebración alguna. Ni siquiera en sus diarios personales mencionaban su embarazo, limitándose a anunciar brevemente la llegada de los niños.
Pero el caso de Elizabeth Cady Stanton fue una excepción. Cuando en 1859 nació Henry, su séptimo hijo, izó en su honor una bandera en su casa en Seneca Falls. Con esa bandera quiso demostrar la importancia de su maternidad y, a pesar de las críticas, defendió, con la misma seguridad, un cambio en la visión y derechos de la mujer en la sociedad de su tiempo.
También luchó por el derecho de la mujer casada a tener propiedades (en esa época sólo las mujeres solteras gozaban de ese privilegio), como medida de seguridad frente a la pobreza. El papel de esposa y madre lo consideraba vital y, por lo tanto, debía tener las mismas ventajas legales y financieras que el papel de marido y padre.
En 1873 escribió a Julia Ward Howe, la mujer que promovió la instauración del “Día de la Madre”, las siguientes palabras:
“Cuando consideramos que las mujeres son tratadas como una propiedad, es degradante que tratemos a nuestros hijos como una propiedad de la que podemos disponer a nuestro gusto.”
Después de la Guerra Civil Estadounidense, el compromiso de Stanton con el sufragio femenino causó un cisma en el movimiento de derechos de la mujer, cuando ella y Susan B. Anthony declinaron apoyar la Decimocuarta y la Decimoquinta enmienda a la Constitución de los Estados Unidos de América y se opusieron a otorgar mayor protección legal y derechos de sufragio a los hombres afroamericanos mientras se continuaba negando a las mujeres, negras y blancas, los mismos derechos.
En 1880 se retiró para colaborar junto con Anthony y Matilda Joslyn Gage, en los tres primeros volúmenes de Historia del Sufragio Femenino, (6 volúmenes, 1881-1922). En 1895 publicó "la Biblia de las mujeres" un estudio sobre el sexismo en el antiguo testamento y su autobiografía en 1898.
Falleció el 26 de octubre de 1902 en Nueva York, a los 86 años, después de haber establecido una agenda nacional para lograr la igualdad política y social de la mujer que se vio cumplida años mas tarde.
Elizabeth reclamó la participación de las mujeres en los asuntos públicos a través del derecho al voto en iguales condiciones que los hombres. El sufragio sería el instrumento por el cual las mujeres aportarían su sentido de moralidad a todos los asuntos que afectan a la familia. El voto femenino también sería un medio para humanizar una sociedad donde imperaba la violencia de la guerra, la pobreza, el crimen, el trabajo de los niños, la corrupción política y otras injusticias flagrantes.
Fuentes:biografias;feminismoysufragismo; wikipedia; canalwoman.com;MCNBiografias.com
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