Revolucionaria francesa, feminista, escritora, poetisa e institutriz de profesión. Activa luchadora de la Comuna de París, Louise Michel sigue siendo hoy en día una figura emblemática del anarquismo francés y del movimiento obrero en general.
Nacida en 1830, era hija natural de Etienne-Charles Demahis, propietario del castillo de Vroncourt, y una de sus sirvientas, Marianne Michel. Se crio en el propio castillo, considerada por la esposa de Demahis, Charlotte, como su propia nieta. Recibió de ellos una educación liberal y republicana inspirada en los ideales de Voltaire y Jean-Jacques Rousseau, aficionándose pronto al piano y a la lectura (conoció personalmente a Víctor Hugo, con el que tendría gran amistad en lo sucesivo).
En 1845 murió su padre, y en 1850 debió abandonar Vroncourt, expulsada por sus hermanastros, y con la prohibición expresa de utilizar el apellido Demahis. Marchó a Chaumont para obtener un diploma de institutriz, oficio que comenzó a desempeñar en 1853, en Audeloncourt, pero su rechazo a prestar juramento a Napoleón III le impide entrar en la enseñanza pública. Por ese motivo, entre 1852 y 1855, abre varias escuelas libres, invirtiendo la herencia que le habían legado sus abuelos.
Practica una enseñanza basada en los ideales republicanos y en una pedagogía innovadora, lo que levantará suspicacia entre los padres de sus alumnos y le valdrá alguna que otra amonestación por parte de las autoridades. Aunque como institutriz comunal no tenía que realizar el juramento a Napoleón III, fue denunciada varias veces por republicana.
Practica una enseñanza basada en los ideales republicanos y en una pedagogía innovadora, lo que levantará suspicacia entre los padres de sus alumnos y le valdrá alguna que otra amonestación por parte de las autoridades. Aunque como institutriz comunal no tenía que realizar el juramento a Napoleón III, fue denunciada varias veces por republicana.
En 1856 comenzó a trabajar como maestra en una institución parisina, mientras escribía versos y artículos, que enviaba a Víctor Hugo y a periódicos como La Jeune France, y participaba en reuniones de debate. Aunque no adscrita a corriente ideológica alguna, se relacionó con personas vinculadas al pensamiento revolucionario.
En 1862, es socia de la “Unión de los poetas”, y en 1869 es secretaria de la "Sociedad Democrática de Moralización" que tenía por finalidad ayudar a las trabajadoras obreras .
En 1862, es socia de la “Unión de los poetas”, y en 1869 es secretaria de la "Sociedad Democrática de Moralización" que tenía por finalidad ayudar a las trabajadoras obreras .
En 1870, tras la derrota de Napoleón III en Sedán ante los prusianos, y una vez proclamada la Tercera República Francesa el 4 de septiembre, grupos de revolucionarios, entre los que se encontraba Louise Michel, trataron de obtener armas en el Ayuntamiento de París para liberar Estrasburgo de las tropas prusianas; fue la primera vez que Louise Michel ingresó en prisión. Luego presidió el Club de la Justice de Paix de Montmartre, una de las demarcaciones de vigilancia creadas por el Consejo Federal de la Internacional.
Está en primera fila de los acontecimientos de los 17 y 18 de marzo de 1871, que marcan el inicio de la Comuna de París. Cuando el gobierno de Versalles envía sus tropas apoderarse de los cañones de la Guarda Nacional emplazados en la colina de Montmartre, Louise Michel es presidenta del Comité de Vigilancia del distrito XVIII. Como tal, encabeza la manifestación de mujeres que impedirá que los cañones pasen a manos de los "Versalleses", y logrará que los soldados confraternicen con los guardias nacionales y el pueblo parisino.
Está en primera fila de los acontecimientos de los 17 y 18 de marzo de 1871, que marcan el inicio de la Comuna de París. Cuando el gobierno de Versalles envía sus tropas apoderarse de los cañones de la Guarda Nacional emplazados en la colina de Montmartre, Louise Michel es presidenta del Comité de Vigilancia del distrito XVIII. Como tal, encabeza la manifestación de mujeres que impedirá que los cañones pasen a manos de los "Versalleses", y logrará que los soldados confraternicen con los guardias nacionales y el pueblo parisino.
Su feminismo se inscribía en el conjunto de su lucha a favor de la igualdad, no solamente de género, sino social y política y mantiene una destacada labor social y militante en los apenas dos meses que dura la sublevación parisina. Anima el "Club de la Revolución" y sus milicias, y consigue del alcalde del distrito de Montmartre, Georges Clemenceau, la creación de comedores para los niños del barrio. Organiza también un servicio de guarderías infantiles en toda la capital, y apoya ideas muy novedosas como la creación de escuelas profesionales y de orfanatos laicos.
Cuando las tropas del gobierno de Versalles asaltan París en abril-mayo de 1871, combate, fusil en mano, en las barricadas de Clamart, Neuilly e Issy-les-Moulineaux. Participa como enfermera, recogiendo y atendiendo a los heridos, y recluta mujeres para llevar las ambulancias. Como guarda del 61º batallón de Montmartre, lidera un batallón femenino cuyo coraje destacará en las últimas batallas libradas por los comuneros, en el cementerio de Montmartre y en Clignancourt, donde muchas de sus compañeras pierden la vida. Louise logra escapar, pero se entrega a las autoridades a los pocos días, para obtener la liberación de su madre que había sido arrestada en su lugar.
En diciembre de 1871, es llevada ante el 6° consejo de guerra bajo la acusación de intento de derrocar al gobierno e incitar a los ciudadanos a tomar las armas en defensa propia.
La condenan a diez años de destierro después de haber declarado en el juicio: “No me quiero defender. Pertenezco por entero a la revolución social. Declaro aceptar la responsabilidad de mis actos.(...). Ya que, según parece, todo corazón que lucha por la libertad sólo tiene derecho a un poco de plomo, exijo mi parte. Si me dejáis vivir, no cesaré de clamar venganza y de denunciar, en venganza de mis hermanos, a los asesinos de esta Comisión”.
Tras permanecer más de año y medio en la prisión de Auberive (Marne) fue enviada a Nueva Caledonia adonde llegó a finales de 1873 tras cuatro meses de viaje, durante el cual, se había adscrito al anarquismo. Una vez allí, su pasión científica le llevó a estudiar la exótica vegetación y fauna del lugar; además improvisó una escuela para los hijos de otros deportados. Aprendió la lengua y cultura canaca y visitó varias tribus canacas; llegó a ser muy apreciada por los nativos, a los que enseñó diversos conocimientos. Al contrario que la mayoría de los deportados, Michel se mostró partidaria de la revuelta canaca de 1878 , pues la consideró una lucha de liberación; por el mismo motivo también tuvo en gran estima a los deportados argelinos.
Alli, junto con Nathalie Lemel también deportada, se opuso a la separación de hombres y mujeres en la deportación « No pedimos ni aceptaremos ningún favor e iremos a vivir con nuestros co-deportados en el recinto fortificado que la ley nos determina».
Alli, junto con Nathalie Lemel también deportada, se opuso a la separación de hombres y mujeres en la deportación « No pedimos ni aceptaremos ningún favor e iremos a vivir con nuestros co-deportados en el recinto fortificado que la ley nos determina».
En julio de 1880 fue amnistiada junto con Nathalie y otros revolucionarios y regresó a Francia donde el pueblo parisino le reserva una calurosa bienvenida y es ovacionada por la multitud. Dos meses más tarde, su obra “La miseria” se publica por entregas con enorme éxito. En 1883, en un mitin en París, Louise Michel, para desmarcarse de los socialistas autoritarios y parlamentaristas, Louise Michel improvisó con una falda negra atada al palo de una escoba la bandera anarquista. y en ese mismo año, encabeza, junto con E. Pouget, una manifestación de desempleados que culmina con el saqueo de tres panaderías, y con enfrentamientos con la policía. A las pocas semanas, Louise se entrega a las autoridades, y es condenada a seis años de prisión.
Fue a una prisión donde había muchas mujeres prostitutas e hizo suya la causa de ellas públicamente diciendo y escribiendo: "Ni una chica más para la prostitución, ni un chico más para el ejército...", es lo que pensaba sobre una sociedad prostituyente y militarista. Será amnistiada por el presidente de la República, Jules Grévy, en 1886. En 1887, se declara públicamente en contra de la pena de muerte. Un año más tarde, es víctima de un atentado perpetrado por un monárquico. Herida de bala, se negará a denunciar a su agresor.
Fue a una prisión donde había muchas mujeres prostitutas e hizo suya la causa de ellas públicamente diciendo y escribiendo: "Ni una chica más para la prostitución, ni un chico más para el ejército...", es lo que pensaba sobre una sociedad prostituyente y militarista. Será amnistiada por el presidente de la República, Jules Grévy, en 1886. En 1887, se declara públicamente en contra de la pena de muerte. Un año más tarde, es víctima de un atentado perpetrado por un monárquico. Herida de bala, se negará a denunciar a su agresor.
En 1890 participó en una revuelta anarquista en Vienne y fue detenida una vez más; ya liberada, quisieron declararla loca para encerrarla en un internado. Se refugió en Londres donde se relacionó con Enrico Malatesta, Léon Blum y otros. Dio conferencias y se ocupó de recoger fondos para los proyectos y obras anarquistas, y de enseñar en una escuela a los hijos de los exiliados, y en 1895 regresó a París, requerida su ayuda para la edición del periódico Libertaire (Libertario).
Durante los diez últimos años de su vida, sus actividades fueron constantemente vigiladas por la policía y fue detenida en numerosas ocasiones. Considerada ya como una figura destacada del anarquismo, multiplica las conferencias en Londres, París y toda Francia, y mantiene una participación activa en numerosas acciones reivindicativas a pesar de su avanzada edad. En 1896, participa en Londres en el Congreso internacional socialista de los trabajadores y de las uniones sindicalistas obreras y escribe las Memorias de la Comuna en 1898.
En marzo de 1904 fue afectada por una neumonía en Toulon, de la que pudo recuperarse. Sin embargo, a principios del año siguiente, regresando de una gira por Argelia, contrajo una nueva infección en la villa alpina de Oraison y falleció tras ser llevada a Marsella. Su cuerpo fue trasladado a París para ser enterrado en el cementerio de Levallois-Perret junto a su madre y los hermanos Ferré. En su testamento dejó lo que poseía a su amiga y compañera Charlotte Vauvelle.
Louise Michel, no habló de su intimidad, pero no sólo no tuvo patria, tampoco tuvo marido, ni parió hijos o hijas, en sus memorias escribe: “… por encima de todo, estaba enamorada de la revolución”. Utilizó el pseudónimo de Clémence, y fue también conocida como Vierge Rouge ('Virgen roja') y Bonne Louise ('La buena Louise'); hoy llevan su nombre instituciones educativas y culturales.
Escribió varias obras de poesía, teatro, narración y opinión política y numerosos artículos periodísticos. En reconocimiento a su labor docente, con frecuencia se pone su nombre a escuelas primarias y secundarias en muchas ciudades francesas. En la Guerra Civil española, dos batallones de brigadistas internacionales llevaban el nombre de Louise Michel. Hasta 1916, una manifestación recordatoria le rendía homenaje cada año en su tumba en Levallois-Perret y desde 1937, una estación del Metro de París lleva su nombre.
Louise Michel, no habló de su intimidad, pero no sólo no tuvo patria, tampoco tuvo marido, ni parió hijos o hijas, en sus memorias escribe: “… por encima de todo, estaba enamorada de la revolución”. Utilizó el pseudónimo de Clémence, y fue también conocida como Vierge Rouge ('Virgen roja') y Bonne Louise ('La buena Louise'); hoy llevan su nombre instituciones educativas y culturales.
Escribió varias obras de poesía, teatro, narración y opinión política y numerosos artículos periodísticos. En reconocimiento a su labor docente, con frecuencia se pone su nombre a escuelas primarias y secundarias en muchas ciudades francesas. En la Guerra Civil española, dos batallones de brigadistas internacionales llevaban el nombre de Louise Michel. Hasta 1916, una manifestación recordatoria le rendía homenaje cada año en su tumba en Levallois-Perret y desde 1937, una estación del Metro de París lleva su nombre.
Si la construcción de la Basílica del Sagrado Corazón, en las combativas alturas de Montmartre constituyó una suerte de exorcismo para hacer desaparecer los demonios libertarios de las clases populares y recordar a la posteridad que la autoridad, el orden y la propiedad de los poderosos deben prevalecer, a cualquier costo, años despues, en 2004, el jardín situado al pie de la basílica del Sagrado-Corazón en Montmartre, París, fue rebautizado en su honor.
Fuentes: wikipedia; “Louise Michel: “Mujer socialista, luchadora incansable, enamorada de la vida”. Colección “Vidas Rebeldes”. Ediciones Ocean Sur. Melbourne, Australia. Marzo 2004. “La Virgen Roja”, Memorias. Texto de la Defensa de Louise Michel, pronunciado el 22 de junio de 1883, ante la Cour d’Assise del Sena en Ecrits sur l’anarchisme Paris, ed.Seghers, 1964. [Trad. Maria José P.].“La Virgen Roja y los Kanakos”, Revista Corto Maltesse, abril 88, París, Francia.
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