Intelectual, exiliada, canaria y republicana. Tuvo la osadía de pensar diferente y el valor de actuar en consecuencia. Prefería a José Martí antes que a las colonias españolas, a Mateo Morrals antes que a los reyes contra los que atentó en 1906. Desconocida casi absolutamente en España es, sin embargo, enormemente valorada en los países americanos en los que desarrolló su labor de conferenciante, poetisa y novelista.
Nace el 12 de octubre de 1883 en Santa Cruz de
Tenerife. Era la primogénita del matrimonio formado por Francisco Pinto de la Rosa
y Ana María de Armas y Clos. Su madre, pianista y mujer de desarrollada
formación cultural, era la imprescindible animadora de las tertulias
familiares. Su padre, cuya figura se incluye dentro de la obra
Tinerfeños ilustres del siglo XIX, fue profesor del Instituto de Canarias y
escritor cuyas obras completas fueron prologadas por Benito Pérez Galdós.
En el seno de una familia acomodada, la infancia de Mercedes Pinto transcurre de forma placentera pero, al mismo tiempo, es educada para reproducir el papel que le corresponde a una mujer de su clase en la sociedad de la época: “conceder, acceder, sonreír, querer, agradecer, escuchar, compadecer”.
En el seno de una familia acomodada, la infancia de Mercedes Pinto transcurre de forma placentera pero, al mismo tiempo, es educada para reproducir el papel que le corresponde a una mujer de su clase en la sociedad de la época: “conceder, acceder, sonreír, querer, agradecer, escuchar, compadecer”.
“Todas las tardes mi madre cerraba
concienzudamente las ventanas. Bajo los cristales, cerradas las persianas,
sujetas las puertas de madera con fuerte tranca de hierro.”
Mercedes cursó el bachillerato, algo excepcional para las mujeres de su tiempo. Ya en la adolescencia se despierta su vocación literaria, influida por la personalidad de su padre que hacía críticas literarias en la Revista de Canarias, fundada por él mismo y por el republicano federal Elias Zerolo. Los primeros poemas y cuentos de Mercedes se publicaron en la prensa local. A la edad de 14 años es conocida como la “Poetisa Canaria”. Ya en esta época obtuvo galardones en diferentes concursos de ámbito regional.
En 1909 se casa con el catedrático de la Escuela
Náutica de Las Palmas y capitán de la marina mercante Juan Foronda y Cubilla,
con el que tuvo tres hijos. El matrimonio resultó muy desafortunado y las vejaciones
que soporta de su marido, diagnosticado de paranoia celotípica, impregnarán
su actitud ante la vida y los temas dominantes de su obra. Diez años dura esta atormentada convivencia hasta que en 1919, por
recomendación médica Juan de
Foronda es internado en un sanatorio de Madrid. Esta visita a la capital del
país será decisiva para Mercedes Pinto que, gracias al asesoramiento del
abogado Rubén Rojo (su segundo marido), conseguirá refugiarse en Madrid con
sus tres hijos y entrar en contacto con el mundo intelectual madrileño.
Explica A. Llarena que “La
convivencia amarga de Mercedes con su esposo, el miedo a morir en sus manos o
el temor a que sus tres hijos sufrieran los irreversibles embates de un hombre
atormentado y celoso, la obligaron a abandonar Tenerife y poner rumbo a
Madrid”. Su intención era clara: ingresar a su marido en un manicomio. Esa era
la única manera en la que una mujer podía librarse de su maltratador en un país
que no estaba preparado para asumir alteraciones en su modelo social, basado en
un androcentrismo que otorgaba a la mujer un papel meramente reproductivo.
Empieza a escribir en la prensa y establece
amistad, entre otros, con Ortega y Gasset y Unamuno. En ese entonces comenzó su
colaboración con reputados diarios y revistas españoles como Prensa Gráfica, La
Acción, o Lecturas, siendo igualmente secretaria de la revista Los Ciegos. Pero
lo que marcará ese momento es su contacto con los círculos feministas y su
amistad con la escritora Carmen de Burgos, que se había separado de su marido y
era una ardiente defensora del divorcio y de los derechos de las mujeres; por
ello debió constituir un modelo de comportamiento para Mercedes e influir en
sus planteamientos feministas y republicanos posteriores.
En México, años más tarde ella relataba así su experiencia: Llegando a Madrid me acogieron un grupo de escritores de aquella época: Unamuno, Carmen de Burgos ( Colombine ) ... Supieron mi historia y me alentaron a que diese conferencias sobre el divorcio. Di una que hizo gran ruido, titulándola “El Divorcio como medida higiénica”.
En México, años más tarde ella relataba así su experiencia: Llegando a Madrid me acogieron un grupo de escritores de aquella época: Unamuno, Carmen de Burgos ( Colombine ) ... Supieron mi historia y me alentaron a que diese conferencias sobre el divorcio. Di una que hizo gran ruido, titulándola “El Divorcio como medida higiénica”.
El médico Navarro Fernández había
organizado una serie de conferencias sobre salud e higiene en la Universidad
Central de Madrid a finales de 1923, que se iba a cerrar con una ponencia de
Colombine. Pero una enfermedad la obligó
a guardar reposo, así que propuso que fuera su amiga Mercedes Pinto quien la
sustituyera. “Yo dije que el tema sería el
divorcio”. ‘Recuerde usted que el ciclo lleva por título Conferencias
Higiénicas’, interrumpió el doctor Navarro. Y yo aduje que las enfermedades
contagiosas y hereditarias eran motivo lógico de divorcio”, escribió Mercedes
para contar cómo coló en aquel discurso su defensa del divorcio.
[…] Yo
sé, señores, que esta enfermedad pueden llevarla en sí lo mismo los hombres que
las mujeres, pero yo soy mujer y vengo a hablar por ellas. Los hombres casados
con una enferma de este género lo tienen todo a su favor: «Pobre hombre —dicen—
la mujer es insoportable, es celosísima, es rabiosa, es una fiera; debe estar
chiflada, porque hace cosas muy extrañas»....Por fin el marido, acompañado del asentimiento y la conmiseración de los
amigos, de sus criados y del mundo, toma a la esposa y la lleva a una casa de
salud, o la entrega a sus padres, quedándose él con los hijos, porque la mujer
«no anda bien de la cabeza».
Así dicen; y no andar bien de la cabeza es tener celos infundados de un marido intachable, es el enfadarse sin causa, es hacer del hogar una molestia continuada, etc., etc. El hombre pues, está ya liberado…….
¿Cómo va un médico que examina la sangre y el pulmón de un hombre a saber que en no lejano día el negro sadismo se levantará cruel y silencioso entre las sombras de la alcoba nupcial? ¿Cómo puede el médico adivinar las torturas a que la infeliz esposa va a verse sujeta? ¿Cómo la verán sus ojos de doctor y humanista con los dedos retorcidos y la garganta doblada bajo las presiones y las mordidas que han de dar al sádico el esperado goce? .... Las infinitas crueldades que un enfermo del cerebro puede desarrollar en el matrimonio sólo puede concebirlas la mente más exaltada, los celos más insospechados, las manías más torturantes, los insomnios más tétricos, las bajezas más bochornosas…
Y eso, todo eso que parece ha de ser causa de divorcio, no lo es ni puede serlo, puesto que el Código aprecia como motivo de divorcio aquellos golpes de naturaleza tal que pudieran haber causado la muerte, y una cantidad de testigos que no sean de la familia, ni sirvientes, sino personas de fuera de la casa que hayan presenciado los hechos. De manera que todas las violencias, las torturas y los horrores incontables por asquerosos o brutales que contra su esposa pueden ocurrírsele a un paranoico, no son nada ante las leyes; tiene que esperar que le peguen un tiro… (y no la acierten) para que los jueces piensen que si le acierta… ¡se hubiese quedado en el sitio! Y por lo que se refiere a los testigos, desde luego comprenderéis lo imposible de que ciertos martirios, generalmente de alcoba y nocturnos, tengan testigos, por que no es costumbre que los amigos estén en la habitación a esas horas, y si la esposa grita, ya tendrá cuidado de no volver a hacerlo porque el marido lo impedirá, del modo que pueda, pero lo impedirá.
Además, todo el ambiente que ayudó al esposo de la enferma, al recluirla en un manicomio, o enviarla con su familia, quedándose él con sus hijos, ambiente que le harán también las mujeres que se pondrán de parte del marido, le faltará seguramente a la esposa al tratar de hacer lo mismo. Por regla general, pocas veces llega al público el verdadero aspecto de la horrible verdad.... Un señor discutidor, suspicaz, dispuesto a agriar las conversaciones con frases molestas y hasta llegando alguna vez a una agresión, no es para los ojos de los extraños más que un hombre de mal carácter, o tal vez cuando más «un señor raro»; pero esas gentes ven las cosas de lejos, no saben los disimulos, las suspicacias y los engaños con que esos hombres que no son raros, sino sencillamente enfermos, llegan a ocultar al público completamente las espantosas negruras de su hogar.
Esa locura engañadora, que lleva generalmente al que la padece a ver en los demás maldad y refinada malicia, desprestigia a la esposa del loco, por regla general, y a las iras de éste se les llamará «mal carácter», y a su sadismo exageraciones de la esposa que comprende mal las expansiones de un apasionado, y a sus celos les llamarán «exceso de amor», si es que no —¡lo que desgraciadamente ocurre!—, se vuelve la opinión en contra de la esposa, y dicen que algo habrá en ella cuando él la cela. ¿Qué ayuda puede darnos la justicia? Ninguna; porque la locura por sí no es causa de divorcio. […]
La conclusión de su discurso era que, en el caso de que la legislación no concediera el divorcio (a la mujer casada con un “loco” ) ella "debe seguir el camino marcado por la naturaleza, esto es, buscar el amor y el hogar al que tiene derecho".
Como miembro de la Liga
Internacional de Mujeres, una asociación feminista presidida por Carmen de
Burgos que reivindicaba sus derechos políticos y civiles, en 1924 Mercedes
pidió a Primo de Rivera la reforma de una medida gubernamental que marginaba a
las madres solteras, lo que le valió la enemistad del dictador y, según decía
ella, su destierro, que pudo evitar gracias a la ayuda de la masonería: la
masonería a la que pertenecía el grupo de escritores de oposición, supo bajo
cuerda que se me iba desterrar a Fernando Poo y entonces, con pasaportes falsos
logré salir de España y dirigirme a Uruguay. Esa es la historia de mi
destierro.
Logró escapar a Uruguay junto con su abogado y segundo marido Rubén
Rojo. Ya en Lisboa, ciudad desde la que partirían hacia
Montevideo, murió su hijo primogénito, Juan Francisco, de tan sólo 15 años, a
consecuencia de una grave enfermedad. A partir de ese momento desplegará una intensísima labor cultural que
la llevará a dar conferencias en muchos lugares del continente americano. En
Uruguay, donde pudo casarse legalmente, dispuso de cargos especiales en el
Gobierno, siendo la primera mujer oradora del gabinete. Fundó en su propia casa
la Casa del Estudiante para la promoción cultural de las clases populares,
donde contó con invitados de la talla de Rabindranath Tagore, Luigi Pirandello
o Alfonsina Storni. Además inició la revista Vida Canaria.
Una vez en Uruguay, Mercedes no se desvinculó de la lucha feminista y pro-republicana, mientras se dedicaba profesionalmente al periodismo y la radio. Colaboró con las revistas Mundo Uruguayo y Vida femenina y escribió en el diario El Día, hasta que salió hacia otros países de Sudamérica, en 1932.
Los temas principales de sus
artículos, acompañados a menudo de conferencias dirigidas especialmente a las
mujeres, expresan un gran interés por la educación femenina y los derechos
cívicos de mujeres y hombres. Habla sobre la mujer ideal, el divorcio, el voto
femenino, la educación sexual y el matrimonio, etc. Sus ideas feministas
aparecen desarrolladas en el artículo sobre "Los derechos de la
mujer", publicado en la prensa canaria en 1930, donde asume con claridad
las posiciones sufragistas en el debate sobre el voto femenino que se estaba
desarrollando entonces en España.
En ese tiempo (1926) escribió su novela más conocida, Él, que fue adaptada por Luis Buñuel al cine el año 1952, y otras obras como Cantos de muchos puertos o Un señor cualquiera, estrenada esta última en el Teatro Solís de Montevideo en 1930. También en la capital uruguaya creó su propia compañía de teatro, la Compañía Teatral de Arte Moderno, en la que figura como asesora literaria y directora artística y en la que debutan en el mundo de la interpretación todos sus hijos: Ana María y Pituka de Foronda, y Rubén y Gustavo Rojo. Fue ayudada por Jaime Torrubiano Ripoll que sería prologuista de su novela Él.
Este sería el punto de partida de
una larga gira que la lleva a recorrer diferentes naciones de sudamérica.
Desplazamientos profesionales que compagina con su actividad como pedagoga:
invitada por el Gobierno paraguayo para la celebración de las fiestas de la
Independencia participa como conferenciante en un evento que tiene lugar en la
Universidad de Asunción; en Argentina imparte unas jornadas sobre el tema de la
mujer en la Universidad Nacional de Tucumán; en Bolivia sigue llevando a cabo
distintas campañas de educación popular paralelas a las representaciones de su
compañía teatral.
En 1933 se trasladó con su familia
a Chile, donde conoció a Pablo Neruda quien impresionado por la personalidad de
la canaria le dedicaría unos versos. Fue en este país donde publicó también su
segunda novela, Ella, en 1934. Desde 1935 hasta 1943 residió en Cuba, donde
efectuó una ingente tarea en defensa de la República Española y ocupó el puesto
de Educadora de Conferencistas. También en la isla caribeña alzó la voz en
favor del pueblo judío intentando solidarizar a la población cubana con los
refugiados que llegaban huyendo de la barbarie nazi.
Después de una estancia en Cuba se trasladó, tras la muerte de su
marido, a México. Allí desarrolló una ingente tarea cultural en la línea que
había mantenido toda su vida: la defensa de los derechos de las mujeres, de la
clase trabajadora y la modernización de la educación. Es allí donde sus hijos (Pituka de Foronda y Rubén y
Gustavo Rojo) comenzaron su carrera en el cine mexicano.
En todos estos lugares
(Chile, Cuba y México) Mercedes desarrolló una intensa actividad como oradora y
dramaturga, declarándose como una gran defensora de los derechos de las
mujeres, la clase obrera, y la modernización de la educación. En 1953 participó
en un ciclo sobre Arte Contemporáneo que se desarrolló en el Círculo de Bellas
Artes de Santa Cruz de Tenerife. También residió algunas temporadas en Madrid,
pues sus hijos varones empezaban a intervenir en el cine español, incluso ella
apareció, como artista invitada en dos producciones cinematográficas: El
coleccionista de cadáveres (Santos Alcocer, 1966) y Días de viejo color (Pedro
Olea, 1967). A pesar de estas visitas
esporádicas nunca permaneció mucho tiempo en la España franquista. Hasta el
momento de su muerte mantuvo una intensa actividad periodística, publicando sus
últimas colaboraciones en el suplemento Los Jueves de Excelsior.
Mercedes Pinto siguió colaborando
con los círculos republicanos del exilio español, primero en Cuba y desde 1943
en México, país donde se instaló y vivió como exiliada hasta su muerte, el dia 21 de octubre de 1976, a la edad de 93 años, en México
D.F. Los versos que en su día le dedicara
Pablo Neruda son hoy el epitafio de su tumba en el Panteón Jardín de México.
“Mercedes Pinto vive en el viento de la tempestad/ con el
corazón frente al aire,/ con la frente y las manos al aire/ Enérgicamente sola/
urgentemente viva/ Segura de aciertos e innovaciones, / terrible y amable en su
trágica/ vestidura de luz y llamas”.
Mercedes es un claro ejemplo del olvido y el abandono al que hemos sometido a
personalidades relevantes del mundo de la cultura y las artes. En el año 2009, el Gobierno de Canarias, a través
de la Dirección General del Libro, decide dedicar el "Día
de las Letras Canarias" a la figura de Mercedes Pinto.
¿El genio nace o se hace? Ella abarca los primeros veintitantos
años de la vida de Mercedes Pinto. Su infancia feliz en Tenerife, arropada por
una familia pudiente, respetada y amante, sus incursiones en la religión, en la
poesía; las primeras dudas que se despiertan en su inteligencia de niña precoz
y vital; los tanteos amorosos; las injusticias; las bajezas humanas. Su
matrimonio con Juan de Foronda, al que dedicó el libro Él, que inspiró
la película homónima de Luis Buñuel. Pinto nació con genio, y dedicó la vida a
fomentar el suyo, y a sembrar en los demás la inquietud para hallarlo en ellos
mismos. Ella narra la
situación previa a la catarsis que convirtió a Mercedes Pinto en un personaje a
la altura de Gertrude Stein o Pablo Neruda.
Obras teatrales: “Un señor cualquiera” (1930),
“Silencio” (1929), “Una mujer, Ana Rosa” (1932).
Poemarios: “Brisas del Teide” (1921), “Cantos de
muchos puertos” (1940), “Más alto que el águila” (1968).
Ensayo: “La emoción de Montevideo” (1949).
Novelas: “Él” (1926), “Ella” (1934), “El alma
grande del pequeño Juan” (1950).
Cine: "El coleccionista de cadáveres"
(1966), "Días de viejo color" (1967).
Conferencias
FEMINISMO
• A
las Madres Obreras.
• Amor
y Feminismo.
• Amor,
Matrimonio, Divorcio y Maternidad.
• Derechos
Civiles y Políticos de la Mujer.
• Divorcio
(arma de dos filos), Conciencia y Felicidad.
• El
Deber en la Hora Actual
• El
Divorcio desde el Punto de Vista Social.
• El
Ideal Moderno de la Mujer.
• El
Movimiento Emancipador de la Mujer de América.
• El
Rol de la Mujer en la Hora Presente. El Niño y la
• El
Trabajo Femenino y la Madre Obrera
• El
Voto de la Mujer
• La
Madre Soltera
• La
Mujer Española, Antes y Ahora
• La
Mujer Hispanoamericana
• La
Mujer Ideal: Soltera, Novia, Casada, Viuda.
• La
Mujer Moderna y su Influencia en el Destino del Mundo
• La
Mujer y El Hogar
• La
Mujer y la Legislación Obrera
• La
Mujer y La Política
• La
Mujer y a Sociedad
EDUCACIÓN
• Educación
de la Mujer
• Educación
Moral y Física de la Mujer
• Educación
Sexual y Matrimonio
• El
Libro, Factor Principal de la Cultura
• La
Educación Política de la Juventud
• La
Generación Presente y Su Educación
• La
Madre y la Maestra ante sus Respectivas Responsabilidades
• La
Maestra Antigua y la Maestra de Hoy
• La
Maestra de Hoy y la Escuela Activa
• Mi
Mensaje a la Juventud
• Proyecciones
Sociales de la Educación del Niño
SOCIOLOGÍA / FILOSOFÍA
• ¡Optimismo!...
¡Felicidad!
• Conflicto
Moral Contemporáneo. Piedad. Energía.
• Don
Juan Tenorio
• El
Alma de Nuestro Siglo
• El
Amor Libre
• El
Amor, el Matrimonio y la Política
• El
Nuevo Concepto del Amor en la
• El
Pensamiento Contemporáneo
• Extensión
del concepto de patria
• La
Libertad Como Base de la Armonía Social
• La
Moral Moderna
• Sonata
de amor
• Una
Lección de Vida
LITERATURA
• Conversación
Literaria
• La
Poesía Uruguaya
• Poetisas
uruguayas: semblanzas
• Poetisas
sudamericanas
POLÍTICA
• Bolivia
y el Problema del Chaco
• El
Concepto de la Ciudadanía
• El
Problema del Pueblo Ruso
• La
Monarquía y la República
• Mensaje
a los Asalariados
• Patriotismo
y Ciudadanía
• Solidaridad
y Servicio
ESPAÑA
• España
y Galicia
• España
y Sus Tradiciones
• Galicia
¡La de las Tardes Plácidas!
• La
España Antigua y la España de Hoy
• La
España de Hoy
• Las
Bellezas de España
• Las
Islas Canarias
Septiembre de 2008
Fuente bibliográfica:
Llarena, Alicia. Yo soy la novela.
Vida y obra de Mercedes Pinto. 2003
Algunos textos sobre MP:
- El divorcio como medida higiénica, de Mercedes Pinto (Edición e introducción de Alicia Llarena) Cabildo de Gran Canaria-Instituto Canario de la Mujer, 2001.
- Ventanas de colores, de Mercedes Pinto. Cabildo de Gran Canaria-Instituto Canario de la Mujer, 2001.
- Un señor... cualquiera, de Mercedes Pinto . Cabildo de Gran Canaria-Instituto Canario de la Mujer, 2001.
- Yo soy la novela. Vida y obra de Mercedes Pinto. Cabildo Insular de Gran Canaria-Instituto Canario de la Mujer, 2003 [Premio de Investigación Canarias-América].
- Geografía sentimental, de Mercedes Pinto. Islas Canarias, Gobierno de Canarias, 2009.
- Mercedes Pinto: paisaje interior [1.945 KB] (Alicia Llarena y Antonio Becerra Bolaños, coords.), Tenerife, Gobierno de Canarias, 2009.
- Las consecuencias de una verdad: Mercedes Pinto. Casa del Tiempo (Universidad Autónoma Metropolitana, México DF) 2 (1999) pp. 30-35.
- Noticias sobre ella y sobre Él: Mercedes Pinto, Espejo de paciencia, 2 (1996) pp. 101-105.
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