Una de lxs economistas más destacados del siglo XX, líder de la Cambridge School para quien “La razón para estudiar economía es evitar ser engañado por los economistas”
Joan
Violet Maurice nació el 31 de octubre de 1903 en Camberley, Condado de Surrey
a cincuenta kilómetros de Londres, del matrimonio formado por Sir Frederick
Barton Maurice y Lady Margarite.
La
preocupación social formaba parte del pasado de su familia. Ya su bisabuelo
Frederick Denison Maurice, perteneciente al socialismo cristiano, se había
ocupado de temas relacionados con el pauperismo a mediados del Siglo XIX y así
Joan, tras finalizar su primera etapa escolar en St. Paul, decidió estudiar
economía porque consideraba que le ayudaría a entender la pobreza y cómo
podría solucionarse.
Tras
finalizar sus estudios de economía en el Girton College en Cambridge, a los
veintidós años se casó con Edward Austin Gossage Robinson, de veintiocho,
también de Surrey y economista, trasladándose a la India en 1926 donde Austin
había sido contratado como tutor del Maharaja de Gwailor. Allí permanecieron tres
años, adquiriendo Joan una primera visión real del subdesarrollo económico y
la pobreza, problemas a los que ya nunca volvería la espalda en su trabajo
como economista.
El
joven matrimonio regresó a Cambridge en 1929, al conseguir Austin un puesto
como profesor adjunto de Economía, comenzando el mismo año Joan su trabajo
como docente tutorizando y supervisando alumnos de licenciatura, a la vez que
iniciaba sus actividades investigadoras. Una vez allí encontraron un ambiente
intelectual algo diferente al que habían dejado en 1925: Marshall había
muerto en 1924 y Edgeworth en 1926; John Maynard Keynes, ahora editor en
solitario del Economic Journal, había incorporado a Cambridge a los jóvenes
economistas Piero Sraffa y Richard Kahn, dos hombres que serían relevantes en
la vida de Joan Robinson. En 1931 Keynes crearía un grupo con los que
consideró los más brillantes jóvenes economistas del momento: Sraffa, Kahn,
James Meade, la propia Joan y su esposo. El grupo se denominaría Cambridge Circus.
En
ese mismo año de 1931 conseguiría el puesto de ayudante, en 1937 el de
profesor adjunto y en 1949 el de titular de cátedra. Hasta 1965, cuando su
esposo se retiró, no conseguiría la posición de Catedrática en la
Universidad de Girton, cargo que desempeñaría hasta 1971.
Las
primeras investigaciones de Joan Robinson fueron relevantes en la dirección
que tomaron los estudios sobre competencia al principio de la década de 1930.
La exposición de la teoría de la empresa en esta parte de sus escritos gozó
de grandísima aceptación durante muchos años. En aquella época, junto a sus
cinco compañeros varones del Cambridge Circus encontró intereses comunes,
pasiones profesionales y personales y también apoyo en su trabajo. En el mundo
exigente y mayoritariamente masculino que le tocó vivir, desde que presentó
sus primeras aportaciones, el firme carácter e inconformismo que la
caracterizaban le ayudaron para que, salvo en contadas e injustas ocasiones,
brillase con luz propia.
Aunque
parece claro que lo entendía, su estilo de economía era mantenerse alejada del
desarrollo matemático de las económicas del siglo XX, liderado por el premio
Nobel, Paul A. Samuelson, ciencia social que fue cada vez más en dirección de
las matemáticas y las fórmulas para su análisis. Se mantuvo alejada hasta el
punto de rechazar la invitación, en 1949, para ser vicepresidenta de la
Econometric Society, que publica la prestigiosa revista técnica, Econometrica.
En
los primeros 1930 además de enseñar, investigar y participar en el Circus
tuvo a sus dos hijas. Los artículos publicados hasta 1934 fueron: «Economics
is a serious subject», su primera publicación (1932) en el Student’s Bookstore
de Cambridge, «Imperfect competition and falling supply price» (1932), «A
Parable on Savings and Investment» (Economica, 1933); «The Theory of Money and
Analisis of output» (Review of Economic Studies, 1933); «What is perfect
competition?» (Quarterly Journal of Economics, 1934) y «Euler’s Theorem and the
Problem of Distribution» (Economic Journal, 1934). En 1933 publicaría además
Economía de la Competencia Imperfecta, su obra de mayor éxito.
Joan Robinson,
leería a Marx con simpatía pero actitud crítica y en 1942 publicaría Essay
on marxian economics, donde intentaba rescatar los aspectos puramente económicos
y conceptuales de su obra, esforzándose en intentar demostrar cómo los
modelos de Marx y Keynes se apoyan en una misma base, rastreando en los modelos
de competencia imperfecta una teoría de la distribución muy similar a la
marxiana, definiéndose a sí misma como la «keynesiana de izquierdas por
antonomasia», integrando en su obra elementos tomados de Keynes, Marx y Kalecki
(quien para ella había expuesto una versión más coherente de la Teoría
General, al introducir la competencia imperfecta en el análisis, constituyendo
así «una teoría general más auténtica que la de Keynes». A partir de
entonces su principal interés fue crear una teoría apropiada para el análisis
de un problema económico dinámico. Sus aportes a la teoría del capital y del
crecimiento económico en las décadas de los cincuenta y sesenta gozaron de
gran reconocimiento.
Sus
ideas keynesianas, permanecerían junto a ella toda su vida constituyendo un
importante baluarte desde el que luchó contra los intentos para absorber a ésta
dentro del cuerpo principal de la ortodoxia neoclásica, pero dicha adhesión
no la llevaría a cabo sin falta de crítica y de hecho ni siquiera consideraba
que la revolución keynesiana hubiera supuesto un gran triunfo intelectual.
Joan
Robinson era una persona fascinante, temperamental, de la que se decía que sus
amigos adoraban y sus enemigos odiaban. No escapaba al enfrentamiento científico
y dialéctico cuando se lo proponían o incluso lo buscaba sin que se lo
propusieran y nunca ocultó su ideología ni las inquietudes del momento. La
Robinson economista era un reflejo de la Robinson mujer: tremendamente austera,
vegetariana estricta, a menudo vestida con ropas hindús, calzaba sandalias en
invierno y vivía sin calefacción en una casita rodeada de pájaros y
ardillas. Defensora de los ideales de justicia social, de los explotados y los
oprimidos, a la vez mostraría simpatías por regímenes como el de Stalin o la
revolución cultural china (lo que le reportaría algún problema). Su heterodoxia
unida a su gran adaptabilidad y capacidad para analizar cualquier situación
económica hacen tarea harto difícil su encasillamiento.
De
hecho, Amrtya Sen, Premio Nobel de Economía, definió a Robínson (quien había
sido su supervisora de tesis) como "totalmente brillante, pero
vigorosamente intolerante". Robinson, por ejemplo, no dudaba en apodar
"bastardos" a los miembros de la escuela keynesiana, por considerar
que en el proceso de incorporación de las ideas de John Maynard Keynes éstas se
habían desvirtuado en gran medida. Otra de sus frases polémicas fue
expresar que el principal propósito
de estudiar economía era, precisamente, "aprender a evitar ser engañado
por economistas".
En
cualquier caso, sus contribuciones a la literatura económica abordaron múltiples
áreas. Joan Robinson introdujo la teoría de la competencia imperfecta en su
famoso libro Economía de la competencia imperfecta. Después,
en 1937, elaboró una fiel exposición de las ideas de Keynes. En 1942 volvió su
atención hacia la teoría marxista, junto con concentrarse en problemas metodológicos
con obras relevantes como "La acumulación de Capital" (1956) y "Ensayo sobre la teoría
del Crecimiento" (1962).
En
1979 fue la primera mujer que conseguiría un Fellowship en el King’s College y
apenas cuatro años después, el 5 de agosto de 1983, falleció en Cambridge.
Fuentes: Begoña Perez Calle; Wikipedia.
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