lunes, 7 de enero de 2019

Christine de Pisan. La ciudad de las damas



Me preguntaba cuáles podrían ser las razones que llevan a tantos hombres, clérigos y laicos, a vituperar a las mujeres, criticándolas bien de palabra bien en escritos y tratados... Yo, que he nacido mujer, me puse a examinar mi carácter...


Christine de Pisan (Venecia 1364- Seine-et-Oise 1430) la escritora profesional mas prolífica en el mundo de las cortes y considerada la primera feminista de la historia. Fue una Humanista que, como escritora y filósofa abogó por los derechos de la mujer.

A los cuatro año de edad se mudó con su familia a la corte del rey Carlos V de Francia, tras ser su padre contratado como médico y astrólogo del rey. Su padre, profesor de la Universidad de Bologna, estimuló su interés por la lectura y la introdujo en las nuevas ideas italianas, el Humanismo. Accedió así a una gran biblioteca donde se formó de manera autodidacta.

Su padre se preocupó personalmente de su formación, en contra de la opinión de su madre quien prefería instruirla en las labores del hogar, considerado lo normal para una mujer de su tiempo. Pasó su infancia en la corte del rey Carlos V de Francia de quien posteriormente escribió su biografía. Christine tuvo a su disposición en la corte tutores privados en un ambiente humanista que invitaba a ello, rico en nuevas ideas. Hablaba italiano-lengua materna- además de latín y francés, el elegido para escribir sus obras. Con quince años se casa con un joven noble, Etienne du Castel , notario del Rey, del que enviudará diez años después, cuando éste muere a causa de la peste, contando ella con 26 años.

Viuda y con tres hijos, decidió dedicarse a la escritura y tuvo que buscarse un mecenas debido a sus dificultades económicas. Su padre no tenia ingresos estables cuando murió; su esposo se había hecho cargo de toda la familia, pero al fallecer deja a Christine como el único sostén de la familia que formaban su madre, dos hermanos y sus propios hijos. Sus discutibles demandas del salario y las gratificaciones que su marido tenia en vida eran su única esperanza de obtener algún ingreso. Años después, ella se recordaba a si misma " tan confundida por el dolor que me convertí en un ser solitario, mortecino, triste solo y agotado". Ella no sabia nada de su propia situación familiar antes de la muerte de su marido. Como ella misma señala: es costumbre generalizada entre los hombres no informar a sus esposas del todo sobre sus asuntos. Intentando buscar soluciones el personal oficial se burlaba de sus visitas; los acreedores se llevaron sus muebles y tuvo que pedir prestado; le supuso 14 años de lucha hacer vales los derechos de la familia a heredar las tierras de su padre en Italia y su propio derecho a cobrar las sumas de dinero que varios nobles debían a su marido.

Sus primeros escritos son baladas amorosas, tema que cambia con la muerte de su marido, cuando se centrará en el dolor y la soledad que le ha producido su muerte. Con el paso de los años, Christine amplía el tema de sus obras, donde incluye aspectos filosóficos, políticos, mitológicos, de amor cortés, y fue a partir de 1399 cuando comienza a escribir sobre los derechos de las mujeres, obras que hoy en día siguen sorprendiendo por su actualidad.

Escribió su primera obra de cierta longitud, Epístola al dios del amor (1399) para un concurso y para oponerse a las actitudes cortesanas con respecto al amor. Mujer de una valentía y convicción fuera de lo común no dudo en enfrentarse a eruditos, políticos y militares, denunciando abusos y corrupción. Estuvo implicada en la primera polémica literaria francesa, con lo que algunos consideran un rudimentario manifiesto de movimiento feminista. Así, la Epístola al Dios de Amores y su Dicho de la Rosa 1402, critican la segunda parte del Roman de la Rose escrita por Jean de Meung que había provocado un considerable revuelo entre la intelectualidad de la época.

Tampoco dudó en opinar sobre política en la Epístola a la reina Isabel, y sobre la justicia militar en el Libro de los hechos de armas y de caballería. En 1400, escribe dos ensayos sobre el sentido del amor cortés: "Dechado de Poissy" y "Debate de los dos amantes". En ellas se planteó el papel de la mujer en las composiciones poéticas y cómo éstas le afectaban. Sus poemas se organizan en colecciones que siguen una trama narrativa, muchos de los cuales están extraídos directamente de su experiencia personal como Seulette suy et seulette vueil estr (Solita estoy y solita quiero estar).

Fue afianzando su puesto como escritora de la corte y comenzó a asegurarse las ventajas que esto llevaba consigo. En Inglaterra, el conde de Salisbury concedió al hijo de Christine un puesto en su séquito y su hija consiguió la admisión en el aristocrático convento de Poissy.



instruyendo a su hijo

En su "Libro de las tres virtudes" (Livre des trois vertus) Christine refleja la orientación de la época de instruir a las mujeres de la nobleza en la obligaciones relacionadas con los aspectos de su hacienda en lo relativo al personal y los trabajadores, la economía y a la cosecha y el ganado. Este libro esta dedicado a a Margarita, la hija del Duque de Borgoña y en el la autora describía la manera mas adecuada de servir a su "señora": cultivar la capacidad de agradar, disuadir a la dama de obrar erróneamente y mostrar siempre la mas inquebrantable lealtad, llegando a defenderla si era descubierta en adulterio e, incluso, a presentarse ante el mundo como la madre del hijo ilegitimo de aquella".

Es en "La ciudad de las damas", escrita en 1405, la más importante de sus obras, cuando toma conciencia de lo injustas que eran la opiniones que los hombres tenían de las mujeres y como rebatirlas; clamó contra el sistema misógino y a favor de los derechos de las mujeres; insiste en que la mujeres no son de modo innato inferiores a los hombres, lo que ha originado la equivocada idea de inferioridad es su inferior educación. En la obra, tres personajes alegóricos femeninos, la Razón, la Rectitud y la Justicia, refutan los argumentos misóginos considerándolos “arbitrarias ideas prefabricadas”. La autora, desde su Alter-ego, Christine, avasallada por su género tan detractado por las mentes más brillantes y eruditas de su época se cuestiona como sobrellevar esta carga:


“En mi locura me desesperaba el que Dios me hubiese hecho nacer en un cuerpo femenin

Ilustración de La Ciudad de las Damas

Ella misma encargó la traducción inglesa de la obra. Empleaba amanuenses, supervisaba y quizá copió algunas partes de unos cincuenta y cinco manuscritos.

Christine dio un impulso definitivo a lo que en el Renacimiento se dio en llamar Las "Querelles des Femmes". Aunque en los debates participaron y rechazaron estas opiniones mujeres, pensadoras e intelectuales en épocas anteriores, los primeros rechazos argumentados que perduraron fueron los que hizo Christine en sus escritos entre 1399 y 1402y para ello tuvo que posicionarse en contra de las mas reverenciadas autoridades del mundo intelectual y cortesano.

El debate histórico comienza en el siglo XV pero continúa hasta épocas posteriores durante casi trescientos años. Las mujeres se incorporan al debate porque no podían aceptar las descripciones misóginas que de las mujeres hacían hombres eruditos y privilegiados. Ellas no creían que todas las mujeres fuesen malas por naturaleza, en tanto los varones eruditos de esos siglos ofrecían las imágenes negativas tradicionales de las mujeres. A partir del siglo XIV los varones eruditos debatían si las mujeres eran humanas, cual era su naturaleza, si podían ser educadas, si eran buena para los hombres. Este tipo de escritos hechos por hombres calificaban el matrimonio como una especie de infierno en vida, lo que daba lugar a argumentos como " el matrimonio para un hombre es una tortura dispuesta por Dios para expiar el pecado original.

Todas ellas rechazaron las teorías que situaban por cuestiones biológicas a la mujer por debajo del hombre quien suponía la perfección máxima de la Naturaleza. Así rechazaron ideas extendidas en los círculos médicos que aseguraban, por ejemplo, que la mujer no era más que un varón, pero un varón imperfecto. Como su naturaleza era fría y húmeda, no consigue la cocción completa y sus resultados se quedan a mitad de camino respecto a los del hombre. De esta manera explicaban que el pene hacia fuera era la perfección frente a la vagina, que por defecto ha quedado dentro o que el cerebro y por tanto las capacidades femeninas fueran menores-o incluso nulas- respecto a las masculinas.

En la defensa de sus posiciones, Christine de Pisan recibió el apoyo de muchos señores y damas de la Europa medieval, incluyendo la Baya, Brabant y Limburg, los Duques de Burgundy o el rey Carlos VI. Christine buscó el apoyo para la causa de las mujeres en otra mujer, Isabel de Baviera, pero incluso así encontramos en sus palabras rasgos de sentimiento de inferioridad que demuestran lo difícil de abrirse paso en el campo de las letras:


“Empujada por la verdad...mi reducida inteligencia ha querido y quiere emplearse como se ve aquí y en otros escritos míos, en luchar contra los que son hostiles y que las acusan. Suplico con humildad a Vuestra Majestad quiera confiar en mis justas razones y permitirme decir otras más, si puedo, aun cuando no sepa desarrollarlas en una lengua tan hábil como otros”





Presentando su libro a Isabel de Baviera




Como réplica a sus numerosos detractores dejó su autobiografía, "La visión de Christine" (1405) en la que describe la "ayuda" que le daban "de no muy buena gana y no muy generosamente y, cuando por fin llegaba, el retraso en el pago y la necesidad que tenia de solicitarla varias veces para recibirla".


En julio de 1429, ya anciana, oye hablar de la Doncella de Orleans durante su retiro en el convento de Poissy. Orleans fue librada del asedio y Juana se convirtió en la protagonista del último poema conocido de Christine, - en la tradición de Esther, Judit, Debora, valientes, desafiantes y poderosas mujeres - "Canción en honor de Juana de Arco".

Hoy en día, Christine de Pisan, está considerada como la precursora del movimiento a favor de las mujeres. Con sus obras y su creciente popularidad, intentó llevar a primera plana el problema de discriminación que sufrían las mujeres en las sociedades medievales.


























Fuentes:AnaMolinaReguilón;rosadeinfinitosvientos.spaces.live.com/blog, "Historia de las mujeres" de Bonnie S. Anderson y Judith P Zinsser





















No hay comentarios:

Publicar un comentario