Biofísica y cristalógrafa. Pese a obtener algunos de los datos que permitieron definir que el ADN tiene estructura de doble hélice, el premio Nobel por este descubrimiento le fue concedido a quienes habían usado sus datos a hurtadillas, le mostraron su desdén como científica y le impidieron disfrutar de los dos años de su carrera en el King’s College de Londres.
Rosalind Franklin nace en el seno de una familia judía el 25 de julio de 1920 en Londres, siendo la segunda de 5 hermanos, tres de ellos varones. Desde pequeña destacó en matemáticas y otras ciencias, además de tener facilidad para aprender idiomas. Su infancia se vio marcada por una salud débil y fue educada en una escuela privada en el oeste de Londres. Ingresa en el Colegio secular para niñas de San Pablo en Londres a la edad de 11 años. La residencia en el Colegio será
crucial para ella, al permitirle el entendimiento de la ciencia gracias a la
enseñanza obtenida en sus clases de física y química. Esta etapa en su
formación académica también le brindó sus primeros pasos en la costura, los deportes como el cricket, tenis, y hokey, y de manera simultánea
su incursión en el equipo de debates.
Rosalind fue aceptada en la universidad a los 18 años tras el examen de ingreso al Newnham College de Cambridge en 1938, provocando con esta decisión una especie de crisis familiar. Dado que su familia era reconocida socialmente por haber desempeñado una tradición de servicio público y de filantropía, su padre no veía con buenos ojos la educación universitaria para una mujer. El siempre pensó en Rosalind, como una persona benevolente, desempeñando obras de beneficencia y en consecuencia rehusó a pagar los gastos escolares correspondientes. Contra la postura de su padre, una tía cubrió los gastos y su madre Muriel Waley, siempre estuvo de su lado hasta lograr vencer la resistencia de su marido.En el Newnham College de Cambridge se graduó en física, química y matemáticas, obteniendo el grado de doctor en 1946, en una época en que a las mujeres Cambridge no les otorgaba el grado de Licenciado, no las consideraba parte del claustro y limitaba el número de doctorandas a un 10% como mucho.
Escribiría a su padre, en el verano de 1940: "la ciencia y la vida diaria no pueden ni deben ser separadas. La ciencia, para mí, provee una explicación parcial de la vida. Hasta donde puedo observar, está basada en los hechos, la experiencia y el experimento".
Ella siempre se caracterizó por ser lógica, precisa, determinada, enérgica e impaciente. La relación con sus hermanos la preparará para la futura lucha competitiva con sus compañeros científicos, ya que ella siempre se empeñaba en participar en las mismas actividades realizadas por sus hermanos como la carpintería y la elaboración de piezas con un Mecano.
En plena Segunda Guerra Mundial, tuvo que elegir entre dedicar sus conocimientos científicos al beneficio inmediato de la población sometida al conflicto armado o a investigaciones con resultados a más largo plazo. Optó por esto último y comenzó a trabajar en la casi recién fundada British Coal Utilisation Research Association (BCURA). Centró sus investigaciones a la dilucidación de las microestructuras del carbón para conocer los motivos por los que variaban sus propiedades físicas, como la permeabilidad.
Antes de cumplir 26 años ya había publicado cinco experimentos sobre la composición molecular del carbón y la mejor forma de usarlo durante la guerra. Este proceso intelectual fue impulsado por la metalurgista Adrienne Weill, una refugiada francesa en Cambridge. Adrienne se transformó en una especie de mentora para Rosalind, a lo largo de su formación profesional. En 1947, Rosalind Franklin ingresa al Laboratorio Central de Servicios Químicos del Estado, en Francia (quizá ayudada por la relación con Weill), en este sitio se integra rápidamente en un grupo activo, muy abierto a la actividad científica de las mujeres. Allí se instruyó en el manejo de las técnicas de difracción y cristalografía empleando los Rayos “X”, bajo la supervisión de Jacques Méring. También le permitió cultivar su gusto por los “bistros”, las comidas en el campo, escalar montañas, esquiar y acampar.
En La Toscana. 1950 |
Foto 51 |
En 1950 le fue concedida la beca
“Turner y Newall” para trabajar por tres años en la Unidad de Biofísica de
Randall en el King’s College de Londres. En un principio Randall dispuso que
Franklin iniciase una sección de cristalografía y trabajase en el análisis de
proteínas. Sin embargo por indicación del adjunto jefe del laboratorio, Maurice
Wilkins, Randall pidió a Franklin
que en vez de ello investigase el ADN. Wilkins había comenzado a trabajar en la
difracción de rayos X con unas muestras de ADN de excepcional calidad. Esperaba
que Franklin y él trabajarían juntos, pero lo que le dijo Randall a Franklin no
era así; le comunicó que el doctorando Raymond Gosling y ella harían el trabajo
del ADN. Su relación posterior con Wilkins se resintió de este malentendido.
Además, su misoginia y la competencia, desleal hasta niveles incomprensibles,
la llevó a un conflicto permanente con el. Su principal desventaja es que era
mujer, y en aquella época no estaba bien visto que una mujer fuese
investigadora, llegando incluso Wilkins a conseguir que no la dejaran ingresar
a la cafetería para la comunidad de los profesores, por el hecho de ser mujer.
Los meses siguientes serían
fundamentales para Rosalind. Después de haber construido y mejorado un aparato
de Rayos “X”, obtuvo imágenes de excelente calidad sobre la forma B del ADN, mediante la simple hidratación de la muestra. Después ella presentó sus
primeros resultados en un Seminario realizado en noviembre de 1951. A este
evento asistieron Watson y Crick, ambos adscritos al Laboratorio Cavendish,
quienes tenían el mismo objeto de estudio: el ADN.
Rosalind obtuvo una fotografía de
difracción de rayos X que reveló, de manera inconfundible, la estructura
helicoidal de la molécula del ADN. Esa imagen, conocida hoy como la famosa
fotografía 51, fue un respaldo experimental crucial para que el investigador
estadounidense James Watson y el británico Francis Crick establecieran, en
1953, la célebre hipótesis de la "doble hélice" que es característica
de la estructura molecular del ADN (ácido desoxirribonucleico). El derrotero de los
acontecimientos es muy controversial. Wilkins enviará a Watson en
febrero de 1953, tres bellas fotografías obtenidas por Rosalind. A principios de 1953 Wilkins mostró a Watson esta fotografía
cristalográfica de molécula de ADN, sin la autorización de Rosalind. Wilkins,
Watson y Crick también conocían un informe que ella había enviado para una
evaluación, algo que debiera ser confidencial, pero que el evaluador (Max
Perutz) debió filtrar sin muchos miramientos. Estas fotos
indiscutiblemente fueron elementos generadores de inferencias en las mentes de
Crick y Watson, conduciéndolos a la publicación de la estructura del ADN en
abril de ese año en la revista “Nature”. También por ese tiempo Franklin había
descifrado el mismo enigma.
Curiosamente, Franklin, Watson y Crick comenzaron a colaborar luego de que se publicaran los estudios sobre el ADN en la revista científica Nature. Más tarde viajarían juntos por Europa y Rosalind se refugiaría en la casa de Crick en los peores momentos de su enfermedad. Pero ellos nunca le agradecieron directamente su trabajo ni mencionaron haberlo visto antes de publicar los suyos. Sólo años después de su muerte, Watson y Crick confesarían, durante entrevistas y biografías, que sin el trabajo de Rosalind Franklin les hubiese sido imposible publicar sus experimentos tan rápidamente. Irónicamente, la Universidad de King, el lugar donde Rosalind pasó sus peores momentos, le ha dedicado un edificio, llamado Franklin-Wilkins, en honor a la "pareja-dispareja".
Recientemente, por medio del
científico de origen sudafricano y ayudante de Rosalind Franklin, el Nóbel
Aaron Klug se ha descubierto un manuscrito de la investigadora, fechado el 17
de marzo de 1953 que describe una estructura casi idéntica a la que un día
después, el 18 de marzo, Watson y Crick hacían llegar desde Cambridge al Kingńs Collage londinense y por la que fueron premiados con el Nobel. En su informe
se concluía que en la estructura del ADN las bases se sitúan hacia el interior,
un dato crucial para resolverla, y en su foto 51 quedaba claro que la
estructura era una doble hélice.
Franklin no estaba cómoda en
King. Se llevaba mal con Wilkins y se sentía aislada por ser judía en una
universidad predominantemente católica. Parte de la población en King estaba
compuesta por estudiantes seminaristas de la iglesia. Además, sólo ocho mujeres
más estudiaban ciencias en todo el lugar y ninguna de ellas era judía. Como resultado del desencantamiento provocado por
la publicación adelantada de sus colegas del laboratorio Cavendish y del citado
ambiente circundante en el King’s College, ella decide
renunciar. La nueva institución anfitriona fue el Birkberk College, en el
laboratorio J. D. Bernal, donde ella pasaría el resto de su vida, incursionando
como incansable pionera en una nueva área: la cristalografía de los virus, siendo prácticamente obligada a abandonar el trabajo sobre
el ADN.
17 de abril de 1953
Señorita R.E. Franklin
Laboratorio de Investigación del
Colegio Birkbeck
Plaza Torrington 21
Londres W.C. 1
Querida señorita Franklin
Sin duda recordará que, cuando
hablamos sobre su marcha de mi laboratorio, usted aceptó que sería lo mejor
para usted dejar de trabajar en el tema del ácido nucleico y hacerlo en otra
cosa. Entiendo que es difícil dejar de pensar de repente en un tema en el que
usted ha estado tan profundamente involucrada, pero le agradeceré si en estos
momentos pudiera recoger, o escribir, el trabajo de manera adecuada. Un asunto
muy concreto sobre el que estoy algo preocupado es que obviamente no es bueno
que Gosling sea dirigido por alguien que no esté específicamente en este
laboratorio. Se dará usted cuenta de que la reorganización imprescindible para
ello, que surge de su marcha, no puede efectuarse mientras permanezca usted, de
forma intelectual, como miembro del laboratorio.
Atentamente
JTRandall
Ella comenzó a trabajar sobre la
estructura de los virus. En este tema publicó importantes resultados. Encontró
datos importantes sobre el material genético del virus mosaico del tabaco, un
ARN sobre el que James Watson disertó en su discurso de aceptación del Nobel,
sin mencionarla ni una sola vez.
Los homenajes al trabajo de
Rosalind llegaron muy tarde.
En 1956, a Rosalind se le diagnostica un cáncer en los ovarios. Esto ocurre en una
visita profesional a los Estados Unidos de Norteamérica, donde sufrió fuertes
episodios de dolor. Continuará trabajando los siguientes dos años, gracias a
tres operaciones, quimioterapia experimental y 10 meses de disminución en la
agresividad de la enfermedad. Este padecimiento la llevaría a la
muerte el 16 de Abril de 1958 a la edad de 37 años.
En 1968 Watson publicó su libro
en el que casi no habla bien de nadie salvo de sí mismo, pero la parcialidad de
lo que cuenta de Rosalind Franklin
removió la historia del descubrimiento clave de la Biología del pasado siglo.
En 1975 Ann Sayre le refutó en su volumen “Rosalind Franklin and DNA”. Por otro
lado el comportamiento de los colegas de Rosalind con respecto a la
comunicación indebida de sus resultados y a la anómala asignación de prioridad
científica en las publicaciones han ido tomando mayor importancia, en especial
al publicarse en 2002 el libro de Brenda Maddox “Rosalind Franklin; The dark
lady of DNA”.
También Maurice Wilkins, quizás
el principal obstáculo que tuvo Rosalind en Kings College, acabó por escribir
en 2003 un libro autoexculpatorio, “The third Man of the Double Helix”. Lynn Osman Elkin ha escrito: Hubo
suficiente gloria en el trabajo de los cuatro como para que pudiera ser
compartida. Pero como ha señalado M.Vicente, lo que hubo en el descubrimiento
de la doble hélice fue suficiente para que la estructura del ADN no solo sea
una lección de intuición y trabajo científico, sino una excelente fuente para
evaluar el comportamiento de los científicos a la luz de la ética.
Para Rosalind el estudio de la
estructura del ADN nunca se trató de una carrera. No sabía que otros luchaban
por llegar primero a una meta que ella había decidido guardar en una maleta y
posponer su búsqueda hasta conseguir sentirse más cómoda con su vida, para lo
cual, finalmente no tuvo tiempo.
Quedará para siempre una duda: ¿ podría haber sido considerada como una candidata natural para otorgársele el Premio Nobel? La pregunta se sustenta en la presunción de una deliberada negativa por parte del comité del Nobel para darle el Premio a la científica. Quizá el argumento proferido por los miembros del comité en su defensa sería: el Nobel se entrega a científicos vivos, “no es post-mortem”. Si ella hubiese estado viva en 1962, ¿le habrían investido con el galardón como lo hicieron con Watson, Crick y Wilkins?
Quedará para siempre una duda: ¿ podría haber sido considerada como una candidata natural para otorgársele el Premio Nobel? La pregunta se sustenta en la presunción de una deliberada negativa por parte del comité del Nobel para darle el Premio a la científica. Quizá el argumento proferido por los miembros del comité en su defensa sería: el Nobel se entrega a científicos vivos, “no es post-mortem”. Si ella hubiese estado viva en 1962, ¿le habrían investido con el galardón como lo hicieron con Watson, Crick y Wilkins?
Las condiciones que como mujer tuvo que soportar en Cambridge y ciertas palabras despectivas de James Watson, hacen aparecer como un agravio la concesión de este premio sólo a Watson, Crick y Wilkins, cuando ella ya había fallecido. Ni Watson ni Crick la nombraron en sus discursos de aceptación del Nobel, pero, en cualquier caso, Rosalind Franklin merece el lugar que ha llegado a ocupar como icono del avance de las mujeres en la ciencia. James Watson se refiere a Franklin como "Rosy" y se pregunta "cómo sería si se quitase las gafas e hiciese algo distinto con su cabello". En el epílogo de su libro admite que sus impresiones iniciales de ella "frecuentemente eran erróneas".
Fuentes: Wikipedia; Miguel Vicente; C. Medina Salgado; Glenys Alvarez;
Brenda Maddox, de su artículo, "The double helix and the wronged
heroine", escrito para Nature por la celebración de los cincuenta años del
descubrimiento del ADN. Rosalind Franklyn, la dama oscura del ADN.
Hermoso espacio.
ResponderEliminarMuchas gracias Femina.Esto anima!!!
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo
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